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miércoles, 25 de febrero de 2009

COMO SABER SI LE GUSTO?

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Consejos prácticos para salir de esa duda que quema el corazón.
¡Ajúa! El amor tocó a tu puerta y no te deja en paz, ¿verdad? Y ahora quieres saber si esa persona está que se muere por ti o por lo menos que le interesas. Ya, ya, ya, deja de tronarte los dedos porque si quieres saber la verdad acerca de eso lo único que puedes hacer son dos cosas:

1.- Ojo de águila. Observa bien a esa personita especial (ah, qué bonito suena ¿no?) y házte preguntas básicas como ¿se comporta igual contigo que con los demás? ¿te mantiene la mirada y te sonríe? ¿trata de algún modo de llamar tu atención? ¿parece que no quiere llamar tu atención pero te mira de reojo y te das cuenta? ¿se muestra cómodo cuando te acercas? ¿te has enterado que hable bien de ti? ¿te ignora por completo pero alguien te dijo que quiere saber de ti?

Si respondiste afirmativamente a algunas de estas preguntas, lo más seguro es que la víctima está lista para que ataques. Vamos, ¿qué haces aquí sentado leyendo esto? ¡Corre por tu víctima! Eso sí, con las debidas precauciones porque también puede significar que solo busca tu amistad y de nada servirá que llegues directo a invitarla a una cena romántica, a confesarle tu amor con chococalates y violines o, en el peor de los casos, a robarle un beso. Si no le gustas, te llevarás una decepción que te costará unos meses superar. Por eso pon en alerta esa antena y ojo de águila, siempre. O bien, puedes intentar la sagunda opción.

2.- El único ser humano que tiene la respuesta acerca de si le gustas o no, es ella, esa persona. Tienes que preguntarle o alguien tendrá que hacerlo por ti. Si dice que sí le gustas, lo tienes en bandeja de plata. Deja de leer y corre a ser feliz. Si dice que no, deja de leer y corre a llorar entre almohadas y música deprimente. Pero si no puedes ir porque te gana el miedo y nadie de tus amigos puede ir por ti porque le gana la risa (suele pasar), entonces recurre a métodos alternos como notas anónimas, mensajeros del reino animal o mensajeros bajo contrato (niños pequeños a los que convences con unas monedas). El peligro en este caso es que tal vez no responda y te quedes en las mismas... y no queremos eso ¿verdad?

Pues bien, entonces como te darás cuenta la única y verdadera manera de saber es yendo tú mismo. Pero no seas rudo, no llegues con la pregunta por delante como si fuera una manta de manifestación, no, mejor llega tranquilamente y ofrece lo mejor que tienes: tu corazoncito. Y no me refiero a que le digas ¡Mira, vengo a regalarte mi corazón! porque te apuesto 300 hectáreas de mi reino a que se partirá de risa.

Si no le has hablado anteriormente, ofrece tu amistad y con el paso del tiempo verifica algunas de las preguntas del punto uno, te será más fácil responderlas o brinca al siguiente paso: Si ya le hablas, te llevará menos tiempo; halágale alguna virtud y si se sonroja, sonríe o se pone nerviosa significa que vas bien. Házlo constantemente, halágale la vestimenta, la sonrisa, la inteligencia, pero sin ser demasiado festivo en ello o sonarás con falsedad. Si solamente te agradece y no da ningún signo de que esté disfrutando el halago entonces estás frito. Crucemos los dedos por que no sea así.

Ahora ve y haz lo que tengas que hacer porque frente a esta pantalla no está la realidad. La realidad está allá afuera y te está esperando, ya sea para ahogarte de felicidad o para otras cosas de las que luego platicaremos.

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